COPARTICIPACIÓN PORTEÑA: UNA IDEA DE CFK PARA MEJORAR LA MATANZA

La vicepresidenta planteó la discusión tras ganar las elecciones de 2019. Alberto Fernández quiso avanzar en enero, pero la pandemia frenó los planes.

Fue la sorpresa más anunciada del mundo. El presidente Alberto Fernández comunicó este miércoles 9 de septiembre que recortará los fondos de coparticipación que recibe la Ciudad de Buenos Aires para crear un Fondo de fortalecimiento fiscal para la provincia de Buenos Aires. El anuncio sorprendió porque fue una «salida por arriba», diríamos «nestorista», a la encerrona inaceptable de la Policía Bonaerense, que transformó un reclamo salarial legítimo en una extorsión al rodear con patrulleros la Quinta de Olivos. La medida sacudió además el tablero político nacional porque tensiona aún más la relación del Frente de Todos con el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, quién podría además judicializar el tema, justo en el momento más dramático (hasta ahora) de la pandemia de coronavirus.

Pero la decisión ya estaba sobre la mesa hace casi un año. La puso la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner el 12 de diciembre pasado, tras el triunfo electoral definitivo sobre Mauricio Macri. Fue en el acto de asunción de Fernando Espinoza en su cuarto mandato como intendente de La Matanza. A ese partido bonaerense asistió CFK junto a Verónica Magario, flamante vicegobernadora provincial, para reclamarle al jefe de Estado, a dos días de asumir el mando, que empiece a «discutir la desigualdad».

En rigor, la expresidenta ya había planteado el problema de la coparticipación en 2017, durante la campaña para llegar a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires, uno de los distritos que, como la Capital Federal, recibe menos de lo que aporta. La idea de recortar los fondos porteños surgió como posibilidad después del amplio triunfo del Frente de Todos en las PASO de agosto de 2019. Pero Alberto Fernández, que entonces se definía como «el más federal de los porteños», descartaba el planteo, al menos en on the record.

Cristina hizo suyo el tema ese 12 de diciembre en la plaza central de San Justo, después de escuchar al obispo Eduardo García pedir «un gobierno pobre para los pobres». «Debemos nosotros discutir la asignación de recursos y saber por qué a algunos distritos les falta y a otros les sobra, generando una gran desigualdad», reclamó la vicepresidenta.

CFK luego señaló que «hay una asignación de recursos muy desigual que es profundamente injusta e inequitativa». Como ejemplo, puso a la Ciudad de Buenos Aires y a La Matanza: «La Capital tiene un presupuesto de 350.000 millones de pesos mientras que La Matanza tiene 10.000 millones, con muchas más necesidades y casi la misma cantidad de habitantes y mayor territorio», sostuvo.

Además de comparar a Néstor Kirchner con una mariposa, Cristina le habló directo a su compañero de fórmula: «En este nuevo consenso que quiere construir nuestro Presidente debemos comenzar a discutir una distribución racional de la asignación de los recursos, más allá del color político de los distritos. Hay que distribuir los recursos con mayor equidad. La Argentina desde su nacimiento ha concentrado cada vez más la riqueza en la Capital Federal, mientras la periferia tiene pobreza estructural», reclamó.

«Hablemos de la provincia de Buenos Aires, que tiene 303.000 kilómetros cuadrados y 17 millones de habitantes, con un presupuesto de 650.000 millones de pesos. Una provincia donde faltan tantas cosas y donde está radicada el 54% de la industria manufacturera», concluyó la vicepresidenta.

Un reclamo postergado por el coronavirus

Alberto Fernández comenzó a abordar el tema en enero, y se hablaba de discutir sobre 30.000 millones de pesos en fondos, pero la reacción opositora fue negativa de inmediato. «Nos están marcando la cancha», decían entonces desde el ejecutivo porteño. El presidente trató de bajar el tono: «No es nada que no podamos resolver«, comentó entonces. El tema quedó enfriado y la llegada del coronavirus dos meses después terminó de cajonearlo.

La foto de Larreta sentado junto a Fernández y Kicillof, repetida en cada mensaje de extensión de la cuarentena, parecía marcar la pax porteño-bonaerense. Pero no duró mucho: en junio, el GCBA comenzó a despegarse de las restricciones nacionales, al permitir paseos y actividad física al aire libre, mientras la provincia reclamaba endurecer el aislamiento. Hubo críticas a los «runners millenials», una vuelta a fase 1 que no logró reducir los contagios, y una flexibilización de facto en todo el AMBA.

En plena interna de Juntos por el Cambio, y con Macri de viaje por Europa, el PRO convocaba a las marchas opositoras «por la libertad». Larreta intentaba despegarse sin romper y sin dejar de abrir actividades como los bares al aire libre. Entonces resurgieron las críticas a la riqueza porteña. «Buenos Aires es una ciudad que nos llena de culpa por verla tan opulenta«, retomó Fernández.

El anuncio de este miércoles tomó por «sorpresa» al intendente porteño, que se había solidarizado con Alberto frente al reclamo policial por Twitter. «Esto es una traición, no me podés avisar 5 minutos antes», habría dicho Larreta al ministro del Interior, Eduardo «Wado» De Pedro, antes del mensaje presidencial. El jefe de gobierno optó por no profundizar la grieta esa misma noche, frente al problema de la bonaerense, y prometió pronunciarse este jueves.

Desde el Ejecutivo porteño ya anticipan la posibilidad de llevar el tema a la Corte Suprema. Debatirlo en el Congreso parece poco probable después del escándalo de las sesiones virtuales de la semana pasada. Resta ver si la opción del diálogo logra evitar la judicial.

Fuente: Perfil

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